Inglaterra demostró su poderío en Belgrado, aplastando a Serbia con un contundente 0-5. Esta victoria no solo consolida su liderazgo en la fase de clasificación para el Mundial 2026, sino que también marca un punto de inflexión bajo la dirección técnica de Thomas Tuchel.
Un cambio radical en el juego inglés
Lo que se vio en Belgrado fue una Inglaterra propositiva, mandona y, sobre todo, divertida. Un equipo vertical, atrevido, poco especulativo, directo y eficaz. Características que, según los aficionados, escaseaban con Gareth Southgate y que nunca llegaron a materializarse bajo las órdenes de Tuchel hasta ahora.
Kane, fiel a su cita con el gol, lideró el ataque, mientras que Madueke emuló a Saka con un golazo que marcó su debut goleador con la selección absoluta. Rice, impecable en los saques de esquina, demostró su valía tanto como en el Arsenal.
Dominio absoluto y clasificación casi asegurada
Con este triunfo, Inglaterra suma su quinta victoria en cinco jornadas, acumulando 15 puntos, 13 goles a favor y ninguno en contra. La ventaja de siete puntos sobre Albania los acerca cada vez más al Mundial 2026.
El partido en Belgrado era una prueba crucial para determinar si la Inglaterra de Tuchel sería diferente a la de Southgate. La velocidad de movimientos y la conexión entre los jugadores son los elementos clave que Tuchel necesitaba para ganarse a la afición. Ahora, el desafío es mantener este nivel de juego cuando todas las estrellas estén disponibles.
¿Podrá Inglaterra mantener este nivel?
La pregunta que queda en el aire es si Inglaterra podrá mantener este rendimiento a lo largo de la temporada y en el Mundial. El potencial está ahí, pero la consistencia será fundamental para confirmar si realmente estamos ante una nueva era del fútbol inglés.