La llegada de Maximiliano Salas a River Plate ha generado una ola de reacciones, tanto dentro como fuera del campo de juego. Tras una tensa negociación con Racing, donde incluso se cruzaron acusaciones de romper un pacto entre clubes, Salas finalmente se unió al Millonario. Pero la polémica no termina ahí, ya que su fichaje ha desatado una inesperada movida política dentro del club de Núñez.
La foto que anticipa el futuro de River
Las primeras imágenes de Salas con la camiseta de River revelaron un detalle significativo: la presencia de Stefano Di Carlo, secretario general del club y, según anunció el presidente Jorge Brito, candidato a la presidencia por el oficialismo. Esta aparición, junto a Marcelo Gallardo y el propio Brito, se interpreta como un claro mensaje electoral de cara a las próximas elecciones en River.
La participación de Gallardo en estas instancias de presentación de refuerzos no es nueva, demostrando su influencia en las decisiones deportivas del club. Sin embargo, la inclusión de Di Carlo, un rostro usualmente ajeno a estas fotografías, marca un punto de inflexión en la comunicación y estrategia política de River.
Salas responde a Racing y Milito
Además de la controversia política, Salas también respondió a las críticas del presidente de Racing, Diego Milito, quien lo acusó de romper su palabra. En un mensaje en redes sociales, el delantero correntino afirmó que decidió irse "por dignidad, tras su destrato durante meses". Salas defendió su profesionalismo y dedicación a Racing, recordando la obtención de la Copa Sudamericana y la Recopa.
Un recibimiento hostil en Avellaneda
La bronca de los hinchas de Racing no se hizo esperar. En Avellaneda, apareció un pasacalle tildando a Salas de "traidor desagradecido", reflejando el enojo por su partida a River. La transferencia, realizada mediante la ejecución de la cláusula de rescisión, rompió con los códigos no escritos del fútbol argentino, generando aún más controversia.
La novela de Maxi Salas promete seguir sumando capítulos, especialmente si el delantero logra destacarse con la camiseta de River. Su llegada al club no solo refuerza el ataque del equipo, sino que también agita las aguas políticas y genera tensión entre dos de los clubes más importantes del país.